martes, 18 de agosto de 2009

Rojo, celeste y verde.

(ésto está dedicado)



Tres frecuencias dispares en la misma sintonía.

Ritmo antagónico, suave, quebradizo,
caminos contrapuestos, esencias desiguales.
Perfectos complementos, tres partes distintas,
una sola armonía.
Peligrosas oscilaciones, incandescente dependencia,
uniforme llanura.

Pero siempre, siempre, volviendo al viento,
madreselva , nave matriz.
Amor inigualable, cariño y compasión.
Sostén íntegro, pequeñas confidencias,
o muy grandes.

Y he aquí la fusión.